miércoles, 26 de febrero de 2014

Tercera calada.

El ruido de sus pasos sonó a la vez que el mechero, que sostenía con una mano y resguardaba con la otra, por una vez le gustaría que algo en su vida no se apagase por el frío. Y pensar que su llama se había consumido hace mucho tiempo, y nadie la había resguardado, qué ironía.
Era morena, con las mismas ondulaciones en el pelo que en su vida. Su tez era tan oscura como el fuego que ella solía desear.
Estaba sola en aquel gran lugar. Le dio una calada y soltó el aire con placer. Bien sabía ya ella que su vacío no podría llenarlo aquel humo.
Más de una vez le repitieron que se estaba matando, y ella sólo sabía pensar que quizás es lo que realmente quería. Otra calada, los problemas cada vez son más pequeños. La soledad y la locura se apoderaban de ella. Llevaba un vestido amarillo, y una gigante chaqueta de cuero negra que le devolvía el frío que él le provocó.
Cada día que pasaba, el otoño se enfriaba y se acercaba su queridísimo invierno.
Se acercó a un columpio que no sabía ni cómo, estaba justo a sobre sus pies. No recordaba cómo había llegado hasta allí, pero tampoco tenía intención de aprender cómo iba a volver. ¿A caso iba a hacerlo? Se sentó y con dos suaves patadas al suelo, el columpio empezó a moverse poco a poco, y ella, tan sólo pendiente de que el cigarrillo que sujetaba con desesperación no se cayese, esbozó una sonrisa. Cuanto más alto se columpiaba, más sentía el frío en las piernas, y en el dolor. Pero le gustaba sentirse libre, es una sensación que poca gente podía experimentar en un mundo como ése.
Pero llegó un punto, justo cuando alcanzó su máxima altura, su máxima libertad, que se dio cuenta de que era esclava de ella misma.
Se cayó del columpio y se empezó a reír.
Cogió otro cigarro, y esta vez el viento le dio una tregua permitiendo por una vez que algo en su vida no se apagase, y echó a llorar. Primera calada, echó el humo con rabia. Segunda calada, ¿dónde estaba su locura? Ya debería haber aparecido. Tercera calada, esta vez los problemas no se iban. Tendrá que enfrentarse a ellos. “¿Sola?·” Pensó mientras sacaba otro cigarro.
¿Y qué le quedaba? Tan sólo aquellos malditos cigarros que la alejaban de la vida y la fría y negra chaqueta de cuero que él se dejó aquel día en su casa.

Si supieras.

Tal vez llegue el día en el que me canse de esperar, coja un tren y vaya a buscarte.
En el trayecto me arrepentiré una y mil veces, me llamaré loca, me daré cuenta de que estoy fundiendo mis ahorros por una idea kamikaze. Pero desbloquearé el móvil y veré tu cara en mi fondo de pantalla. Joder. Lo daría todo por ti. Lo estaré dando todo por ti.
Entonces bajaré del tren e iré directa hacia ti. A veces iré corriendo. A veces iré andando. A veces me pararé en seco. Pero saber que estoy cerca me hará avanzar.
Me encontraré a muchas personas importantes con las que hablaré unos minutos sin darme cuenta de lo que hablamos. Y continuaré mi camino.
Tarde o temprano llegaré.
Estarás de espaldas.
Te reconoceré.
Diré tu nombre.
Me reconocerás.
Nos miraremos.
Frente a frente.
Los centímetros parecerán hectáreas.
Se me llenarán los ojos de lágrimas.
Sonreirás.
Tus colmillos.
Oh, joder.
Empezaré a correr.
Abrirás los brazos.
Cada vez menos espacio.
Ya estoy llegando.
Falta poco.
Te rozo.
Te toco.
Te abrazo.
Me abrazas.
Te estrecho.
Me estrechas.
No puedo respirar.
Me da igual.
Me sacas las lágrimas.
Estoy en casa.

martes, 25 de febrero de 2014

'After the storm, comes the calm'.

6:00 pm. I'm suposed to be sleeping since I got up early today and I expect the same tomorrow. I've been half the day speeking in english so ¿why not writing in that language this time?

'After the storm, comes the calm'.

Well, I'm gonna make that quote my excuse or apology for what I doing next. Who knows me, knows my story, my dramas, my falls, my troubles and my past. Who knows me, knows my storm. The storm almost passed and I was waiting the calm to come, but it apparently doesn't, so I have decided to make it.

Some will say that I'm a fucking selfish. Others will understand my position about my choice: I need peace. I sware I do need it. I found someone I can live my peace with; I finally got my stability and my way, despite all the consequences that entails, and I finally decided to rest my mind and soul. 

It seems difficult, but it's quite simple. I'll be away, sometimes, and I'll spend time on me, myself and I. Not an absolut absence, just the necessary. 

Sorry, and please don't hate me.


I'll always have in mind something someone once told me: 'I hope you find peace'. 

I think we, both, us almost got it.

Ojalá

Me lo echó en cara como un escupitajo:

A ti no te va a querer nadie, porque te gusta estar triste. No haces otra mierda que escribir y eso es lo único que te mantiene con vida. Eres un cuerpo bonito cuyo corazón no quiere que lo quieran. No sabes aplicarte ninguno de los putos consejos que vas regalando por ahí y así estás, perdida y orgullosa de ello. No estás sola, eres sola; y siempre prefieres un par de jodidos poemas a un collar. Tengo que admitir que el sexo era bueno, pero no me merece la pena para tener que pagarte con palabras el precio que pides por tu alma. Incluso a veces pensaría que tienes algún que otro pedazo de ti olvidado en la mano de algún hombre que una vez te olvidó. Reconstrúyete ¿quieres? hazte mujer. Y cuando dejes de creer en los cuentos de hadas, me llamas; no pienso ser ese héroe que buscas. Yo solo quería quererte pero no ha sido suficiente. Ojalá un día encuentres alguien dispuesto a ser todo lo que yo no he sabido ser.

Se fue. Y tras el portazo susurré un casi imperceptible 'ojalá'.

yo no quiere que le quiera

Ya no quiere que le quiera.
Ya no quiere que le llueva 
para luego iluminarle 
con mi sonrisa cuando amanezca.
Ya no quiere que le duela 
para luego hacerle risas 
cuando menos se lo espera.
Ya no quiere que le quiera.
Ya no quiere que le empape 
cada noche como si se tratara 
de colores de acuarela.
Ya no quiere ser mi vela,
ni que mi cintura 
sea el mechero que le encienda.
Ya no quiere que le quiera.
Ya no quiere perderse 
para que más tarde sea yo 
la afortunada que le encuentra.
Ya no quiere que le convierta 
en la estrella de mi película, 
ni en el protagonista de mi novela.
Ya no quiere que le quiera,
pero aún no me ha explicado 
cómo cojones puedo dejar de quererle.

Qué será de nosotros.

Qué será de nosotros cuando nos hayamos olvidado. Cuando ya no quede ni un ápice de recuerdo. Cuando la delgada linea que separa la dependencia de la indiferencia, sea tan gruesa que ya no tengamos fuerzas para poder cruzarla. Cuando el aire ya no nos obligue a darnos cuenta de que nos perdimos en algún momento de ese destino que hemos dado por muerto.

Qué será de nosotros cuando la distancia entre nuestra existencia sea más extensa que la distancia entre ambos polos. Cuando ya no queden razones para hacernos los sordos cuando oímos hablar del otro. Cuando las madrugadas ya estén acostumbradas a la ausencia de nuestro intercambio de palabras. Cuando las ganas que agotamos ya se hayan cansado y decidido no esperarnos más.

Qué será de nosotros cuando las pisadas que hemos dejado desaparezcan sin dejar rastro, abandonando el camino que recorrimos hasta darnos por vencidos. Cuando las caricias de otras manos consigan calentarnos como nosotros con las nuestras una vez hicimos. Cuando el miedo a amar de nuevo huya de tanto frío y la necesidad de llenar vacíos alce el vuelo. Cuando ya no nos giremos al creer habernos visto paseando por cualquier calle al azar, aun siendo conscientes de la imposibilidad de ese encuentro.

Qué será de nosotros cuando las canciones dejen de hacernos recordarnos. Al igual que los paisajes. Al igual que los viajes. Al igual que los planes. Al igual que las calles. Al igual que las ciudades. Al igual que cualquier vulgar historia de amor con triste final. Qué será entonces de nosotros.

Qué será de nosotros cuando ya no me queden palabras para describirte, para escribirte, para decirte, para renombrarte, para perdonarte, para regresarte. Cuando ya no sepa qué tecla del teclado debo pulsar. Cuando no sienta la exigencia de evocarte mediante tinta con impaciencia. Cuando deje de imponerme la dulce y ardua tarea de follarme cada folio virgen mientras grito tu nombre. Cuando faltes en mi conciencia, cuando ya no emerjas en mi inconsciencia.

Qué será de nosotros cuando ya no quede ni una sola manera de hacer mella en la vida del otro.
Qué será de nosotros.
Y qué será de mí.

lunes, 24 de febrero de 2014

¿Qué hago aquí? Estoy lejos de ti, que eres mi hogar, en un sitio que me mata todos los días -que pasan lentos- porque necesito un poquito de tu calor.
Ven, me congelo en este frío que mis sábanas no saben calmar. Ven, te necesito. Ven, necesito que alguien me quiera por aquí, hace tanto de la última vez que ya casi se me olvida lo bien que me sentía reflejada en tus pupilas y disfrutando de tu respiración. Ven, por favor.

 

sábado, 22 de febrero de 2014

¿A que juegas corazón? ¿A curarte las heridas con limón?

Esto va para ti, que has sufrido alguna vez. Da igual de dónde seas o cualquier aspecto físico, esto es para ti.Sé lo que es. Sí, sé cómo te sientes. Conozco esa sensación de vacío que te oprime el pecho y que parece que no hay suficientes lágrimas en el mundo para calmarla, esa sensación de que nada va bien, en la que tu cabeza funciona sola dándote los peores pensamientos posibles. Esto va para ti, que te han marginado, que te has visto obligado a cortarte las venas, a dejar la comida o a vomitarla, que te han mirado con desprecio.Te miras al espejo y sabes que nunca estarás conforme. Da igual cuánto peses, da igual cuánto cambies, nunca vas a estar bien y ahí empiezas a darte cuenta de lo enfermo que estás. ¿Por qué no eres capaz de amarte tal y como eres? ¿Por qué elegir la ropa cada día tiene que ser una patada en el estómago? Tienes que decir basta. BASTA. Tú vales mucho más que todo eso. Muchísimo. ¿Y qué más da tu cuerpo? Nadie es perfecto, y ya me gustaría saber qué han tenido que hacer las Barbies de turno para conseguirlo. Tú no eres una Barbie, o un Ken, eres una persona real, con sus cosas reales. Que vivan los putos cuerpos en los que las curvas son hacia afuera, joder. Que vivan porque en ellos cabe un corazón más grande que el ego de cualquier muñequita asquerosa. Eres genial tal y como eres, de verdad.Ir a clase es una pesadilla. Sabes que no van a contar contigo si no es para insultarte. Eres el puto centro de sus bromas y sus risas. Valientes hijos de puta… Tú también tienes que decir BASTA. BASTA, joder. NO ERES UNA COSA A LA QUE PUEDAN INSULTAR O PEGAR CUANDO LES DÉ LA GANA. El abusador es alguien aún más acomplejado que tú. ¿Crees que te insultan porque eres el más débil? No, te insultan porque creen que no tienes lo que hace falta para plantarles cara. Estudia al enemigo, busca sus puntos débiles, la mayoría de ellos van corriendo hacia los brazos de sus papás cuando pasa esto. No ataques, sólo dales donde más les duele cuando menos lo esperen. Y no dejes que vuelvan a tocarte. Plántate y déjales claro que no son nadie para hacerte nada. Hazlo por ti. Hazlo por poder estar orgulloso de ti y para demostrar que no hay nada que pueda contigo. Eres mucho más fuerte que todos ellos juntos. Sientes dolor. No sabes por qué, pero cada segundo que pasas llorando te sientes más roto y hundido. Parece que la única solución es hundirte una cuchilla en la vena y romperte tú. La sangre alivia. Claro que alivia, pero las cicatrices dan vergüenza. Liberas estrés y cuando dejas de sangrar parece que el mundo vuelve a ir en armonía, pero no es sí. De verdad que no. Sal de tu pozo de oscuridad y verás que el mundo va en armonía. No dejes que nada te hunda. Nada ni nadie puede hacer que perfores tus venas y puedas morir. Eres fuerte. Eres fuerte y eres genial. Eres de lo mejor de este puto mundo. Así que, por favor, no dejes que el dolor te ciegue nunca más. Antes de ponerte una cuchilla en la muñeca piensa en si de verdad quieres hacerlo. En si de verdad merece la pena una herida por lo que ha pasado. Piensa en si estás orgulloso de las últimas cicatrices. Piensa que hay otras maneras de pagar lo que te han hecho. Por favor, no te cortes. A ti, que has intentando suicidarte. ¿Cómo te sientes? Parece que nadie se ha dado cuenta y te tratan con normalidad cuando necesitas más cariño y te hacen extremado caso cuando necesitas normalidad. Todo parecía más fácil antes de intentarlo, ¿verdad? Lo intentaste y salió mal. ¿O salió bien? Si estás aquí es por algo. Y si has llegado a mi blog también dice mucho. Por favor, por favor. Ama la vida. Algo ha querido salvarte, no has muerto por algo. Tienes que aprovechar esta vida ‘’nueva’’ que tienes para hacer todo lo que no pudiste en la otra. Es una segunda oportunidad que no debes desaprovechar. La vida puede ser bonita si tú quieres. Muchísima fuerza. Estoy segura de que sabrás vivir como antes no sabías. Bueno, chicos, ¿Qué queréis que os diga? Sé que hay miles de personas que viven este tipo de dramas todos los días. Yo fui una de ellas. Pero han vuelto a crecerme las alas y he vuelto a casa. Espero que vosotros también lo hagáis, y espero conoceros a todos. Recordad que no estamos solos, que juntos podemos salir de todos. Gracias a todos por este tiempo que me habéis dedicado leyendo esto. Sois geniales. Todos.Volved a casa pronto. Por favor.

María.

miércoles, 19 de febrero de 2014

Difícil es olvidar a alguien con el que olvidabas todo

Me cuesta hablar de ti.
Me duele.
Me ahoga.
Noto un nudo en la garganta que se hace cada vez más grande.
Hasta que no puedo más.
Hasta que cambio de tema.
Hasta que vuelvo a gritarme que te tengo que olvidar.
Olvidar.
Que fácil suena. Qué difícil es.
No vas a volver.
No vas a volver.
No vas a volver.
Y así.
Hasta que me duermo y vuelve a salir el sol.
Y con él otro día.
Y otros tantos: No vas a volver.
NO VAS A VOLVER.

lunes, 17 de febrero de 2014

Doce de treinta y seis.


Me preguntan sobre el cáncer.

¿Doloroso?

No.

Raro.

Raro porque es algo que no duele y duele mucho, a la vez. Sabes, de antemano, que pase lo que pase perderás y ese no es consuelo ni de muchos ni de tontos. 

La gente se extraña cuando dices que pierdes. ¿Qué pierdes? Pues lo pierdes todo. O casi todo. Te pierdes a ti misma, para empezar, que creo que ya es bastante castigo. Pierdes tu pelo, pierdes la piel, pierdes fuerza, pierdes peso, pierdes tu risa, pierdes tu rutina, pierdes tiempo, pierdes ganas, pierdes personas... Sí, personas. La gente se aleja. Y quizá no lo hagan voluntariamente, o quizá sí, pero lo cierto es que dejan de llamarte porque tu ya no eres la misma de antes. Ya no sales tanto de fiesta, ya no vas a su ritmo y la gente no está para sentarse en la cuneta y esperar a que tu llegues. La gente corre su propia carrera. 

Pierdes identidad. Porque lo que te definía hasta entonces se aleja, se destruye, se evapora, se hunde hasta el fondo de las venas, junto al veneno que, paradójicamente, te va curando. En el espejo no encuentras tu reflejo. Yo me miraba y veía a una María ... pero no a la que yo era antes. Evolucionas, sí, pero tan de golpe, que en realidad te atragantas con tu propio aspecto, eres incapaz de aceptar que la que está reflejada eres tu. Es duro. Es duro no reconocerte, echarte de menos... Y yo me reía, y me reía y me volvía a reír. Y decía que me encantaba el pelo corto, que me quedaba bien, que era fresquito, que no me daba guerra y que me duchaba en un periquete, que probablemente no me lo dejaría largo, que estaba bien, que me gustaba... MENTIRA. No te gustas. No te gustas ni por accidente. La cruda realidad era esa. Que te sentías desnuda, aun estando vestida. Y no penseis que la gente se pone en tu lugar o que empatiza por un segundo... no. La gente te dice que el pelo así te queda fatal, que como se te ocurre cortarte el pelo, que si antes estabas más guapa bla bla bla. La gente va cavando un hoyo en el que te metes sin querer queriendo. Lo que dolía de esas 'criticas' es que venían de gente que sabía que aquel corte de pelo no era por gusto, que estar tan delgada no era por hacer dieta y que tener la piel del color de la leche no era por una fobia al sol. 

Pierdes seguridad. La pierdes. Da igual que te la ates a la cintura. La pierdes... Y pierdes.

Como veis, el cáncer es perder mas que doler, al menos el mio; que también ha habido días jodidos... pero eso ya lo dejo para cuando alguien me pregunte si alguna vez sentí que me moría. 


Gracias por llegar hasta aquí. Por leer, por intentar comprender. Y por preguntar. Nunca dejeis de preguntar, porque hay gente deseosa de responder. Cuentame todo lo que sepas y yo te contaré todo lo que sepa.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Hubiese sido tan fácil como aclarar las cosas desde un principio. 
Pero no. Te fuiste sin siquiera anunciarlo, te fuiste sin aclararme tantas dudas. Te fuiste sin decirme que ya no me querías, que ya no me necesitabas, que tal vez nunca lo hiciste.
Y es que, tronco, te echo de menos cada puto día que pasa, porque recuerdo esos momentos en los que me hacías feliz, y deseo con todas mis fuerzas que se repitan, aunque sea un jodido segundo. Pero sé que eso ya no va a ocurrir, en tu nuevo camino no estoy yo. Ya no soy indispensable en tu vida, no, es que ni si quiera formo parte de ella, y claro que me duele pero es tu decisión y me gustaría poder no respetarla, decirte que te quedes, que te necesito, y que sin ti yo no puedo. También necesito que me recuerdes todos los días que soy la chica más preciosa que has visto, que me quieres, que tú también me necesitas y que sin mi tú no eres el mismo. Y es que tío, me has dejado hecha mierda, en ruinas, en ruinas como Roma, pero yo no estoy tan preciosa.
Ya no te buscaré, esta claro que no puedo seguir haciéndolo, y no lo hago por mi, sino por ti.
Y yo si me despido, pero ten en cuenta que nuestra despedida por más absurda que haya sido la tengo guardada en mi memoria, cada segundo, así como las veces que me permitiste estar a tu lado.
Y que por mucho que yo no quiera que esto sea un 'adiós' sino un 'hasta luego', no volveré a caer, no dejaré que esta historia se repita. Pero no dudes que siempre recordaré cada momento que viví contigo, tu aroma tan característico, el brillo de tus ojos, tu sonrisa, pero más aún tu nombre que se ha quedado grabado en mi corazón y esos recuerdos son los seguirán haciéndote parte de mi vida aunque ya no estés en ella.  

En ruinas.

No. No podía ser. Era imposible. Él no era la causa. No era el culpable de nada. Ella estaba rota porque era débil. Ella estaba cansada porque no dormía. Ella no dormía porque su cama no era lo suficientemente caliente. Ella pensaba que era el colchón; sin embargo, este sabía que le faltaba algo: él. Él no la llamaba. Él la utilizaba. Él no aparecía. Él se había largado. Él la destruía. Él sabía que ella ya no era la misma. Era una sombra de algo. Una sombra por la que él no daría nada. Pero ella no era el problema. Él le había hecho demasiado daño como para que quedará en pie algo de la hermosa chica que había sido. Ruinas era todo lo que quedaba de una chica que podría haberlo sido todo para alguien. Lo que pasa es que eligió al "alguien" incorrecto. Optó por el que se convertiría en culpable. A pesar de todo, ella pensaba que el problema residía en ella. No era suficientemente buena para tener una vida feliz. Era una vaga, debilucha y fea. ¿Cómo se pude conseguir algo de provecho así? No veía lo que pasaba ante sus ojos. No llegaba a captar el daño que él le hacía. Y es que él minaba cada ruina de ella. Buscaba sus cenizas. Buscaba su destrucción completa, y ella no le pararía jamás. Ella quizás tuviera el mismo poder con él, pero no lo utilizaría nunca. A lo mejor era demasiado buena, pero ella solo se consideraba coherente. Vivía con la conciencia limpia. Aunque en realidad estaba demasiado rota como para ver realmente lo que él hacía. Él era perfecto y ella lo había cagado todo. Simple. Ahora ella estaba sola y él se había marchado. Volvía a ratos y ella lo dejaba pasar. ¿Por qué no? Quizás algún día el cambiara de opinión y se quedara para siempre.

Tú solo espérame.

Aunque levanten murallas, coloquen un campo de minas, haya zombies en todas partes, llenen el mundo de las típicas trampas que tienes que saltar en videojuegos, iré a por ti. Te buscaré hasta el final del planeta, tu amor me mantendrá en pie, y cuando por fin te encuentre, se acabará todo. Se acabará el dolor, el vacío, todas las trampas desaparecerán en cuanto pueda diferenciar tu figura. Tú sólo espera, amor. Volveremos a ser uno.
De nada sirvió que te suplicase que te quedaras a mi lado, que me pintaras sonrisas, que me purificaras el alma. No mereció la pena chillar hasta quedarnos sordos, ni el recuerdo de una ventana abierta el día más caluroso del año.
Me dejé las fuerzas y la vida para nada, y en esta monotonía en la que me ahogo puedo jurarte que volvería a hacerlo porque mis sueños se cumpliesen, por poder sentir tu roce una vez más, por no despertarme sabiendo que todo ha sido mentira, que cada vez que respiro te siento más lejos, que te echo de menos.
Porque cada día empiezo de cero y estoy hasta los cojones de aprender a contar de 00:00 a 23:59 para que en un segundo vuelvas a desaparecer. Enséñame a respirar de nuevo, a ser fuerte, a peinarme como tú y a llegarte por las cejas, que me muero de amor por besarte la frente y verte sonreír.
Enséñame a amar mis cicatrices como tú hacías. Enséñame a ser feliz y te enseñaré a quedarte a mi lado aunque no estés aquí. Enséñame a no hacerme heridas buscando tu perfil en mis venas, y hazme creer que, estés donde estés, estás conmigo.