miércoles, 26 de febrero de 2014

Si supieras.

Tal vez llegue el día en el que me canse de esperar, coja un tren y vaya a buscarte.
En el trayecto me arrepentiré una y mil veces, me llamaré loca, me daré cuenta de que estoy fundiendo mis ahorros por una idea kamikaze. Pero desbloquearé el móvil y veré tu cara en mi fondo de pantalla. Joder. Lo daría todo por ti. Lo estaré dando todo por ti.
Entonces bajaré del tren e iré directa hacia ti. A veces iré corriendo. A veces iré andando. A veces me pararé en seco. Pero saber que estoy cerca me hará avanzar.
Me encontraré a muchas personas importantes con las que hablaré unos minutos sin darme cuenta de lo que hablamos. Y continuaré mi camino.
Tarde o temprano llegaré.
Estarás de espaldas.
Te reconoceré.
Diré tu nombre.
Me reconocerás.
Nos miraremos.
Frente a frente.
Los centímetros parecerán hectáreas.
Se me llenarán los ojos de lágrimas.
Sonreirás.
Tus colmillos.
Oh, joder.
Empezaré a correr.
Abrirás los brazos.
Cada vez menos espacio.
Ya estoy llegando.
Falta poco.
Te rozo.
Te toco.
Te abrazo.
Me abrazas.
Te estrecho.
Me estrechas.
No puedo respirar.
Me da igual.
Me sacas las lágrimas.
Estoy en casa.

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