martes, 28 de enero de 2014

Hasta siempre, pequeño.



Todo éste tiempo he querido avanzar. Ser capaz de olvidar, pero sin parar de recordar...

 

Tus recuerdos aún duelen, tus fotos aún me hablan, esa canción aún me perfora los esfuerzos por no llorar, sigo siendo más susceptible ese día de cada mes que lleva grabados nuestros apellidos,  giro la cabeza inconscientemente al escuchar tu nombre, aunque no se refiera a ti, y las ganas de verte no se han consumido del todo aún, no voy a negarlo. Pero ya nada es como hace unos meses... Te has ido marchando de mi cabeza poco a poco. Nadie ha ocupado, ocupa, ni ocupará tu lugar jamás. Nadie hace que desaparezca la herida que dejaste, pero alguien ha puesto una fina capa sobre la cicatriz. Si alguna vez te dicen que dejé de quererte, que dejaste de importarme, no les escuches. No lo hice, no te olvidé, no te dejé de querer, me sigues importando casi como el primer día... Pero el tiempo ha pasado para los dos.

Tal vez volvamos a tener contacto algún día, y espero que para ese momento, pueda mirarte a los ojos y no sentir nada más que cariño, aprecio, porque, por mucho tiempo que pase, por más que cambien las cosas, no se puede ser insensible ante lo que un día se amó. Que hasta esa fecha, todo te vaya bien, que encuentres a alguien que te merezca, y a quién merezcas... Que te haga feliz, que te valore, que esté siempre que necesites un hombro sobre el que llorar, que sepa sacarte tantas sonrisas como me sacabas tú a mí, que tú también sepas valorarle como merezca... Pero sobre todo, que no sea como yo.

¿Ves? Todo pasa, todo cambia, todo tiene un final, las promesas se rompen... ¿Qué hicimos mal? ¿Dónde estuvo el error? Puede que eso ya no importe, pero no puedo evitar preguntármelo después de todo. ¿Cuántas veces te he dicho "adiós"? Ésta será la última. Ya no quedan motivos para seguirlo intentando, en cambio, si para pasar página.

En cierto modo, no quiero olvidarte. No sé si es por miedo a dejar atrás todo lo que vivimos, pues, al fin y al cabo, en algún momento de mi vida, esos detalles me hacían sonreír, extraer fuerza de donde no la había... También podría ser porque me da miedo que se repita la historia, y que vuelva el dolor... Llámame cobarde, pero tú no lo viviste. Tú seguiste tu camino sin mirar atrás, sin pararte a observar los recuerdos... Admite que nada de esto te dolió. Ha pasado el tiempo... Tú seguiste tu camino hace mucho, y yo me quedé congelada. Es mi momento de hacer el último de los esfuerzos por levantarme, porque ésta vez estoy segura de que lo conseguiré. Porque ahora hay alguien que me da la mano, y que está cobrando la suficiente fuerza para ayudarme a levantar.

Gracias por todos esos momentos, por todas esas sonrisas, por todos los días que valieron la pena, por las lecciones que me enseñaste; aunque fueran a base de lágrimas, por ser mi aire en algún momento, por todo lo que hiciste por mí, consciente de ello, o no. Y de verdad que siento mucho todas esas veces en que la jodí hasta el fondo… Todos cometemos errores, ¿verdad? Confío que algún día te darás cuenta de los tuyos. Y como te dije una vez, pase lo que pase, estaré siempre aquí; yo si cumplo mis promesas.

Es el momento de pasar página, y de cerrar éste capítulo. No me rendí, lo intenté hasta la saciedad, pero me alejaste... Ya no depende de mí.

Mientras todo transcurre, hazme un favor: cuídate mucho y sé feliz. No olvides sonreír, porque tienes una sonrisa preciosa. Recuerda que me enamoré de ella una vez.

Decisiones, decisiones..


Creo que perdí un capítulo de mi vida, no sé cuál exactamente, no sé cuándo y la verdad es que creo que ahora mismo es lo que menos importa.



Pensé que se fueron, que no volverían, pero todo es mentira. Las dudas nunca se van, solo se esconden para que no podamos verlas por un tiempo. Las decisiones avanzan, cada día tomas una diferente, lo que no imaginas es que cualquiera de ellas te puede cambiar la vida... Supongo que a veces escogemos el camino adecuado, otras no. Pero hasta que no lo vivimos, es imposible saber lo que va a pasar, si estaremos haciéndolo bien o mal, si todo por lo que pasaremos servirá de algo. Ahora me doy cuenta de que muchas de estas decisiones son equivocadas, porque miran hacia delante y ni si quiera sabemos si habrá un mañana... El problema es que éstas cosas se suelen entender tarde, cuando ya no hay vuelta atrás, y si la hay, sigues pensando que es mejor no darla, mejor tragar lo que nos queda, ya vendrán tiempos mejores...

De nuevo perdida... Perdida como el primer día, como si no hubiera otro y sabiendo que estaré perdida durante bastante tiempo. Arrepentirse de las cosas es inevitable, porque lo que una vez miré hacia el futuro, hoy no me vale de nada, porque volvería atrás sin dudarlo, pero supongo que no es tan malo, que se aprende de todo, aunque esto te cueste demasiadas cosas, también te enseña otras.

La verdad es que no sé, ni quiero saber... Ya me costó demasiado. Ahora toca apechugar, vivir con lo que se tiene, aceptar lo bueno y lo malo, lo que un día elegiste y sigues esperando a que mejore, por muy bien que sepas que no lo hará.

Aprendiendo cada día un poco más, sabiendo que el pasado no volverá, aceptando consecuencias, creciendo. Menuda mierda eso de crecer, ¿no? Sabiendo que la culpa es tuya y solo tuya, que ya no tienes ninguna excusa para culpar a otras personas de lo que te está pasando. Suena cruel, pero así somos y así seguiremos.

Puede que algún día aprenda a sacar el optimismo de las malas situaciones. Hasta entonces, aquí me quedo...

 



 

Hoy soy fan de ti

Dime si hoy pensaste en mí por un instante, si te acuerdas de aquel día cuando no pude soltarte, y que le follen al pecado, adornaré cada amanecer despertándome a tu lado, tengo muy claro que contigo a muerte, con los demás a hostias,  ni tú eres para tan poco, ni yo para tanto, pero hoy, hoy quiero decirte que soy fán de tí, de tu sonrisa , de tus noches y de tus días, de tus ojos, me encanta tu locura contagiosa, tus enfados y tus piques de niño pequeño, adoro verte sonreír, y el modo en el que me acariciabas, y yo te quiero, mucho, muchísimo, y antes de que un día te vayas, me dejes, me olvides, y ya, te secuestro, ha sido un placer coincidir contigo en esta vida, no me preguntes que me pasa, me abrazas y punto, busco la vía directa para estamparme en tu cama, y que tus besos sean mi única alarma un domingo por la mañana, y que me lo quiten todo, pero tú no te vayas, hoy, solo puedo decirte, que te quiero.

Ojos que estando alegres solo quieren llorar.

Como si de simple mantequilla se tratase abrió mis carnes. Sin preguntarme. Sin ningún pudor. Sin dudar, como tratando de averiguar sin querer que ocultaban esos ojos negros que riendo a carcajadas siempre parecían querer llorar. Reían tristes, con las sombras del dolor danzando en las pupilas y las cicatrices de la felicidad marcadas en el contorno.
Esos ojos, que son mis ojos, siempre habían buscado ver más allá; pero esa noche se quedaron estancados en uno de los charcos que la luna derramó en nuestro portal.
Él no habló. Se limitó a tararear una canción que nunca había escuchado, una canción escrita para cavar en pechos ajenos, para liberar almas, para estallar corazones... Porque eso es lo que creía que pasaría a continuación: que me estallaría el corazón, en mil pedazos, lloraría por cada poro de mi piel mientras la lluvia humedecía los rastrojos de mi cuerpo para evitar un incendio.
Pero no hizo falta. Me prendieron sus manos y no me tocaron. El fuego se abrió paso y estalló en la boca, dejandola seca, sedienta de sed, de besos, de anhelos.  De todo lo que un día creyó que conseguiría, dejando se buscar, solo soñando...
Poco a poco todo volvió a la normalidad. Las llagas del cuerpo recuperaron el compás de la circulación y se dejaron ser, sobre la piel, rosaceas, inborrables, temiendo ser olvidadas... curadas. Pero eso no era posible, y yo lo sabía cada vez que me miraba en el espejo con los ojos que estando alegres, solo querían llorar. Nadie sería capaz de curarme las heridas porque yo no las dejaba de tocar. Eran tan bellas, que supongo que yo tampoco quería desprenderme de ellas. Eran historia, eran restos de las mil y una batallas de mi mente y de mi alma. ¿Quién era yo para privar al mundo de tan maravillosa estampa?, ¿quién era yo para salvarme?... Nadie... Mantequilla.

lunes, 27 de enero de 2014

Vuelve.

Aquí me tienes una noche más, escribiéndote. Ya no sé hace cuántos versos me prometí que no te volvería a escribir. Pero ya ves que no soy de cumplir promesas, aunque tú tampoco. Ya tenemos algo más en común.  El frío se cuela por la ventana. Se agrietan los labios, se rompen los cristales y el alma sangra. Este de la izquierda, te necesita, no entiende de estar sólo, espera que llegues, que rompas esta rutina que lleva conmigo hace más de mil versos. Pero por mucho que espere no va a escapar de esta. Tú dejaste claro, hace ya mucho, que tantas ruinas no van contigo y que a mí me van los hijos de puta. Que te van las mentiras con seda, los besos en la oreja y los 'te quiero' en el oído. No hacía falta que me llevases a Roma, pero sí que me lo hicieses al revés. Y que nos quedaban mil amaneceres que ahora le das a otra enamorada más.

Te echo de menos.

Hubiese sido tan fácil como aclarar las cosas desde un principio. 
Pero no. Te fuiste sin siquiera anunciarlo, te fuiste sin aclararme tantas dudas. Te fuiste sin decirme que ya no me querías, que ya no me necesitabas, que tal vez nunca lo hiciste.
Y es que, tronco, te echo de menos cada puto día que pasa, porque recuerdo esos momentos en los que me hacías feliz, y deseo con todas mis fuerzas que se repitan, aunque sea un jodido segundo. Pero sé que eso ya no va a ocurrir, en tu nuevo camino no estoy yo. Ya no soy indispensable en tu vida, no, es que ni si quiera formo parte de ella, y claro que me duele pero es tu decisión y me gustaría poder no respetarla, decirte que te quedes, que te necesito, y que sin ti yo no puedo. También necesito que me recuerdes todos los días que soy la chica más preciosa que has visto, que me quieres, que tú también me necesitas y que sin mi tú no eres el mismo. Y es que tío, me has dejado hecha mierda, en ruinas, en ruinas como Roma, pero yo no estoy tan preciosa.
Ya no te buscaré, esta claro que no puedo seguir haciéndolo, y no lo hago por mi, sino por ti.
Y yo si me despido, pero ten en cuenta que nuestra despedida por más absurda que haya sido la tengo guardada en mi memoria, cada segundo, así como las veces que me permitiste estar a tu lado.
Y que por mucho que yo no quiera que esto sea un 'adiós' sino un 'hasta luego', no volveré a caer, no dejaré que esta historia se repita. Pero no dudes que siempre recordaré cada momento que viví contigo, tu aroma tan característico, el brillo de tus ojos, tu sonrisa, pero más aún tu nombre que se ha quedado grabado en mi corazón y esos recuerdos son los seguirán haciéndote parte de mi vida aunque ya no estés en ella. 

Me preguntan por ti y se me escapa un 'NOSOTROS'.

No duermo durante días porque espero su 'Buenas noches', y la gente me mira con pena y dice: -Estás bien pillada, eh?. Y yo les contesto que estoy bien jodida. Que todo lo bonito que tiene el amor lo tiene de horrible el olvido, que todo lo corto que es el 'nosotros' es todo lo largo que es el 'sin ti'. Que a veces me preguntan por 'TI' y se me escapa un '¿ NOSOTROS?'. Que estoy tan desesperada que hasta escribo mi nombre separado, Ma  ria, para sentir su vacío, para recordarme, para egañarme, para hacerme creer que nada en esta puta vida pega si no es 'CONTIGO'.
Que YO no tiene sentido sin antes no va un TU. Que la salsa rosa no me pega con las gambas, que el algodón de azúcar no me pega con la feria, que el blanco no le va al negro, que el yin y el yang es basura, que solo me pega su recuerdo. En la cara, en los brazos, en todos lados...
Vuelve, seamos los dos tontos que tonteaban dia y noche, con sus peleas y sus reconciliaciones. Con tus borderías, con lo que sea, pero hazme sentir que te importo aunque sea lo más mínimo, por favor. Te quiero. 


Todavía se cuelan tus vocales entre las sábanas,
tus manos entre mi ropa,
tu aliento en mi taza de café...



Cuando de un 'nosotros' ya no quedan ni mis ganas.

¿Cuántas personas están ya escritas en nuestro destino?. ¿Cuántas personas de esas van a ser capaces de ponerte el mundo boca abajo y hacer que siga girando?. Yo digo que pocas. Tengo el placer de haber sentido ese desorden ordenado, esa locura, esa felicidad, ese cambio a mejor, esa perfección... 
Y de todo eso aprendí que no se puede querer tan fuerte, no se puede quemar tanta vida del tirón porque luego los días normales te parecen poco, se te hacen largos o se te hacen cortos pero los sientes inútiles. Pierdes el sentido por todo, nada te llama la atención y cada detalle insignificante que te encuentras a lo largo de la semana puede hacerte recordar aquel incendio de amor con la fuerza de cien mil cañones.
No es práctico que las relaciones que se acaban no puedan cerrarse en cajas, guardando ahí tanto el amor como el dolor. Guardar los recuerdos para que no les busques por la noche, para no atraer el insomnio a los pies de la cama. Guardar los días felices para no compararlos con tus días de mierda...Borrón y cuenta nueva. Amnesia. Que se te olviden los lugares que mirásteis a la vez, las fechas, las películas que visteis juntos, las canciones que os dedicásteis. Los viajes, las noches compartiendo almohada, las confidencias, los te quieros que nunca escucharon respuesta. Guardarlo todo para que no estorbe. Borrarlo todo para que no duela, para que no importe.

Como una copa de tequila del malo.

Nunca supe cual iba a ser nuestra última foto o nuestro último beso o nuestro último paseo. Nunca lo sabremos y quizá es por eso que 'nuestras últimas veces' nos saben tan amargas. Es inmenso el vacío que se siente cuando revives esa última vez, te quema la garganta como una copa de tequila del malo y la magia se disipa y solo queda la melancolía, que te enfría el alma y te convierte en cartón piedra. En una persona más.
A veces pienso que los finales serían más fáciles si lo supiéramos de antemano. Como cuando te cuentan una película, o el argumento de un libro... el sock no es tan tremendo. Ni tan duro. Y el duelo no dura tanto. Claro, que, por ejemplo, si yo hubiese sabido dónde estaba nuestro final habría hecho desaparecer todos los calendarios de este mundo para que ese día nunca llegara. Habría retrocedido cada domingo al anterior domingo para alargar nuestras semanas, nuestros meses, nuestros años... Se que suena a locura y que soy solo yo la que hubiera pedido más horas contigo, pero cuando conoces el amor tan de cerca luego es imposible volverlo a encontrar en otra piel.
Encontraré reemplazo, porque el ser humano es así, necesita llenar los huecos que se van quedando vacíos; pero yo se que siempre le voy a dejar espacio a tu nombre, por lo que hemos sido y por lo que he aprendido.

La vida pasa y tu igual

Ya nada te importa, ya nada es igual, llevo más de cinco meses sin poder ni hablar, porque aunque no llames yo si quiero verte, no he podido aún sacarte de mi mente... Aún no quería perderte. Mientras me castigo con la soledad que juega hoy a vestirse de felicidad. Y aunque a tus amigos no les digas nada, tú también lo sabes, se ve en tu mirada aunque sigas callado. Haré lo necesario para olvidarte, aunque me toque cambiar y no ser nunca más lo que fui, pero no importa, de todas formas no volverá. Mira... haré lo necesario para no pensarte, la vida pasa y tú igual, y aunque voy a llorar poco a poco entenderé que nunca volverás.
Pido llorando al cielo un poco de razón, pido que vuelvas con mi corazón (¡que ya está bien!) y entiende si te ofendo que no es mi intención... Joder, si es que lo que duele no es que te hayas ido, más que no tenerte me duele tu olvido, porque... que sepas que te quiero.Es lo único que pido. Y ya no se que pido. Que estúpido. Y a pesar de estos meses sin hablar y sin mirarte yo te quiero, y no para volver, te quiero porque parte tuya me ha enseñado que es amar y que es crecer. Ya no siento más y con la mano en el corazón se que hoy te vas, y a ostias entenderé que nunca volverás.

Que llegue como llegó

Cuestan tanto las mañanas cuando no te tengo... Se me hacen tan largas las noches si ya no te veo... Es tan complicada la vida vivirla si no es con tus besos, todo se alborota en mi mente y mi mundo se vuelve pequeño. Tú me hiciste revisar aquello en lo que creo, tu sacaste lo malo y metiste lo bueno, llegaste y plantaste mil flores en mi desierto, y tus besos llenando mi cuerpo de un amor en el que nunca creí.
Tu eras la luz que iluminaba el fondo del camino, te pierdo y no encuentro salida de este pozo sin fondo, me ahogo si tu no me salvas... No consigo recordar mi vida sin ti a mi lado, si es que no quiero olvidar lo que hemos pasado, quiero que nunca se enfríe este amor que me quema los dedos, que me hace ante ti vulnerable, y todo deja de ser importante.
Solo importaba mi cama y nosotros queriéndonos dentro, me dormía mirando tu cara y tocando tu pelo, pensando que a veces la vida supera a los sueños, y cierro los ojos, lo intento, pero ya no lo creo.

domingo, 26 de enero de 2014

Nada es igual.

Se nota que es Domingo y que a nuestro alrededor se ha instalado el frío porque tintinean en mis ojos lágrimas de hielo. O de miedo. O de odio.
 Que me carcome el alma la angustia de verme atrapada en esta ciudad en la que ya no me reflejo en nada, donde los parques no me parecen bonitos y las caras no me son familiares. Que caro está el gramo de felicidad, y qué fácil hacerse con unos porros de desencuentro. ¿Dónde estamos? No nos veo. No me encuentro...

 Hay calles, portales y esquinas que consiguen quitarme el aliento, pero como si un duende me hubiera robado el pasado miro hacia delante y continuo andando, borrando las huellas que aún pudieran quedar de mi anterior perfume.
 Nada es igual. Ni siquiera el sentimiento de echarnos de menos

sábado, 25 de enero de 2014

Devuélveme la inspiración.

Antes cualquier hora del día era perfecta para perderme entre letras, acentos, puntos y comas; para entregarme al placer del sufrimiento, al ardor de las venas hinchadas de recuerdos, al hormigueo de unos dedos que despiertan al contacto de un bolígrafo cargado de tinta imborrable. Nada conseguía detener el torrente de emociones que querían desfilar por mi garganta, lanzándose al abismo y deseosas de morir en el papel.
 Ahora, como presa de la vergüenza, me agoto frente a la pantalla sin conseguir escribir nada, me estrujo la sesera, me toco las llagas, me rasco las heridas pero no ocurre nada. Solo hay vacío. Y creed si os digo que eso es peor que morir cien veces de amor. La nada lo envuelve todo y es espantosa la niebla que se cuela por la ventana, el frío que se cala hasta los huesos, la sensación de echar de menos ese brotar de palabras y lágrimas... ¿Dónde está mi inspiración? ¡Devolvédmela insensatos! ¿No veis que me ahogo buscando dolor?, ¿no veis que me aferro a cuchillos para que algo me rasgue la piel y me haga sentir un poco viva?
 ¡¡Devolvédmela!! Que yo sin escribir no se vivir. Que me muero, de verdad, que me arrugo, me frustro, me enveneno, me desespero, me pierdo...
 No se cuanto tiempo llevo sin abrir tu puerta, pero lo cierto es que voy a buscar la llave.
 Te necesito. Como los adictos necesitan la heroína, los fumadores el tabaco, y los suicidas la muerte.
 Te busco. Como el corredor de bolsa al tonto, el mosquito la luz y los suicidas.... la muerte.

jueves, 23 de enero de 2014

Día 1.

Me encuento tendida en mi cama, a oscuras, planteandome mi vida, otra vez, por enésima vez. ¿Que hago? ¿Estoy aqui para alguien? ¿Habrá alguien que me necesite? Etc, etc... Lo típico, vamos. Pero esta vez es distinto, me he dado cuenta de tantas cosas en tan pocas horas que no lloro de lo abrumada que estoy, estoy saturada de emociones. Estoy en shock, no me lo creo. El hombre de mis sueños se olvida de mi cada día un poco más y el chico con el que podría olvidar al que me hiere, pasa de mi. Fuerte, ¿verdad? 
Estoy ya cansada de que la gente solo esté en las buenas y que en las menos buenas se alejen, te dejen sola. 

Pequeños Maineros, no se enamoren, no se ilusionen, esta vida es muy perra. 

No te empeñes, él aún está dentro.

No puede entrar nadie si él no ha salido. No hay sitio. Y por aquí todo sigue revuelto con sus cosas. Estoy llena de sus movidas, de sus canciones preferidas, de sus risas, de cenas, de cañas, de prisas. De partidos perdidos, de noches ganadas, de sesiones de cine, de tardes de piques. Llena de mañanas de estudio, de viajes en coche... De piezas de puzzle, de fotos robadas, de noches de ron, de bailes pegados, de días solos. Esto está lleno de rosas con espinas, de alambres, de incendios. Quiero que se vaya y quiero retenerlo...

*Ya he llamado a la empresa de mudanzas, pero no me atrevo a abrirles la puerta.*

Curarme a base de Ginebra

Empiezo a odiar los pedazos que han quedado de mi misma. Empiezo a odiar la sombra en la que me he convertido... Empiezo a odiar su nombre, su cara, su sonrisa, el sonido de su risa. Me empiezan a quemar las lágrimas en la cara. A veces tengo la sensación de que se me van a saltar los dientes de apretar con tanta rabia, por no gritar, por no maldecir su persona, por callar, por mirar hacia otro lado, por intentar pasar página sin leer la historia. ¡Somos historia, somos ayer!.
Ya estoy harta de echar de menos. De desgarrarme el pecho día y noche, de saltarme su inicial en la guía telefónica, de taparme las costillas izquierdas para ocultarme esa inicial. Mi autodestrucción. Estoy harta de bucear en el pasado, quizá fue mala idea no hacerlo en alcohol... pero si yo tengo que 'curarme de él' a base de cubatas, estoy segura de que antes de sanar moriría de un puto coma etílico. ¡Ni todas las botellas de ginebra del mundo pueden lavarme la herida que llevo por dentro!. Que hace ya casi un año que lo conozco y aún no he dejado que nadie me cosa a besos... Todo me duele a veces. Todo. Hasta lo bueno me está haciendo una úlcera en una esquina del corazón. Y por cierto, el muy cabrón sigue latiendo. ¿Es que no se ha dado cuenta de que no me quedan ganas de escucharle latir... sin ti?.
Me siento Gilipollas, como nombre propio, cuando se me escapa una frase directamente para él. No se con que derecho mi mente, el destino, o la vida se permiten el lujo de dejarme pensar en él ni siquiera por un segundo. ¡Que duele!... mucho. Muy dentro. Es como una canción sonando en un disco rayado. Y no lo puedo parar. Y quiero que se acabe esta puta canción. QUIERO QUE ACABE TU TIEMPO EN MI CORAZÓN, JODER. Otra vez usando la segunda persona del singular. Maria, ¡que no existe!.
Silencio.
Pum-pum
pum-pum
pum-pum
pum-pum
De pronto un recuerdo y todo se acelera. Va tan rápido que puedo sentir como se contrae, me duele hasta la piel, como si una mano me atravesara el pecho y hurgara por dentro. Y lo tocase todo.
Se acabó. Se acabó este sin vivir. Voy a darle una oportunidad a la vida, voy a sonreírla y a esperar que me sonría. Pero a él ya no le espero. Ya no. Y espero con esto haber aprendido la lección. ''No esperes demasiado ni quieras mucho, porque ese mucho termina doliendo demasiado.''

No supe quererte a medias

Yo no se querer un poco. O te quiero o no te quiero. Simple. Doloroso. Porque soy de las que no preguntan -Oye, perdona, ¿te puedo querer?-. No, yo primero quiero y luego me pregunto si llegué en el momento adecuado, si él me querrá a mi, si soy lo que buscaba...
No me gustan las medias tintas. Si lo puedo dar todo por ti... ¿Por qué conformarme con darte media sonrisa?, ¿para qué darte unas horas de mi tiempo si puedo darte toda mi vida?. Así funciono, y es algo que tengo que cambiar. Por fin he aprendido la lección. Por fin comprendo que no puedes dar todo por una sola persona porque cuando esta se vaya tú te habrás quedado sin nada. Y no se trata de egoísmo, se trata de aprender a querer mientras a la vez te quieres tú. Es un fifty-fifty. No hablo de querer a medio gas, hablo de querer de forma sana. De quererte a ti. De quererle a él. De querer un nosotros, pero de amar un YO. Un YO sin un TU.
Se puede ser feliz estando solo; el problema llega cuando te das cuenta de que la felicidad no existe si no la compartes. Y ahí vuelve a empezar todo.

Cada uno que se mate como quiera.


Él era como un cálculo equivocado, la excepción que confirma la regla, de esos de los que nadie recomienda enamorarse, el detonador de una reacción en cadena que te volverá loca, él era tanto mi chico 10, como mi salvación a mis martes 13, solía salir de casa con su sonrisa puesta, dispuesto a comerse el mundo, sin saber que de comerme su sonrisa, ya me encargaba yo, si estaba con él no me hacía falta llevar tacones para conseguir tocar el cielo, ya lo rozaba cada vez que sus brazos rodeaban mi cintura y me envolvían en un abrazo. ¿Cuál era la peor parte ? que conseguía que yo me perdiese por esa curva tan perfecta que tenía en la cara, su sonrisa, oh dios, su sonrisa, hablan de maravillas del mundo sin haber visto la verdadera belleza, él busca su chica perfecta, pero yo no soy esa, yo soy la de al lado, la que tropieza, me dijeron: Enamórate de él, y estás perdida, ¿Lo más gracioso? que lo hice, cualquiera en su sano juicio se hubiera vuelto loca por él,  lo que siempre quise fue cogerle de la mano, sin miedo, y recorrer con él el mundo, sin que nadie nos moleste, éramos como dos extraños que se conocían muy bien, nunca se me ha dado bien eso de ser siempre una chica buena, el rollo aquí te pillo aquí te mato está de puta madre, pero llega  un momento en el que necesitas algo más, y le elegí a él, no sé si él quería un amor pasajero, o no, pero yo compré el billete, no había fechas, me sorprendía día a día, para mi él siempre será el primero, a pesar de conocer a muchos otros, el problema es que la página que yo me niego a quemar, él la tiene más que quemada, chico, que si no estás en mis brazos corto el cielo en mil pedazos, míranos, nos quedamos sin saber qué iba a suceder, si el hilo se rompe, se hace un nudo, no pienso dejarte escapar, me enamoré como se enamoran las mujeres de verdad, como una idiota, me dije a mi misma : no seas una más, pero caí, sabes hacer que me ria sin motivo, y eso me acojona, y antes de que pases página, y te des por vencido, piensa que es la única vida que podemos compartir, convierte esos puntos en comas, o que me comas, y punto, me quedé contigo, porque eres el chico que es tan niño como para hacerme cosquillas, y tan hombre como para apoyarme en mis momentos difíciles, mato por ti, y muero por lo nuestro, te prometo carreras del salón a la cama, y ahí cientos de peleas de almohadas, hasta que tu sonrisa le gane a mi mirada, me quitas el aire cada vez que te acercas ,pero, ¿y si sale mal?, pero, ¿y si sale bien? que fumen, que se droguen , que beban alcohol, que hagan lo que quieran, que yo me imagino que despierto a tu lado todos los días de mi vida, cada uno que se mate como quiera, a veces pierdes, a veces ganas, a veces pierdes las ganas, pero contigo eso nunca me pasa, me decían más tus ojos verdes, que cualquier mirada de ojos azules que hubiese visto antes, a mí me sobran huevos, sé que si quiero , puedo. Por ti, por mi, esta noche brindemos.

E.

Hola, te acuerdas de mi? Soy yo, Maria, tu angelito, tu niña bonita, la gitana mas chunga de todos los poblaos, la niña buena que te ayudaba a estudiar.. Esa a la que mirabas con ojos de amor y le dabas abrazos de oso.. Aun no?
Soy esa que te dejo una noche por ese chico moreno de ojos verdes, guapo y que juega en el Granada, que ahora pasa de ella y la usa como un juguete. Esa que te hizo llorar, la que te saco de ese tunel y a los pocos dias te volvio a hundir en él. Ya si te acuerdas, verdad?
Pues me pasaba para decirte que yo si te recuerdo, y cada dia que pasa me duele mas haberte hecho tantisimo daño, a ti, a ese que fue capaz de dejar el tabaco por mi, el que partia bocas solo para ver la mia sonreir.
Solo decirte que te quiero y espero que un dia puedas perdonarme.

Adiós, cariño.

M&E

miércoles, 22 de enero de 2014

Nueve de treinta y seis.

Mi primera sesión de quimio.
No tenía miedo. Ni dolor. Ni ganas, las cosas como son.

Todo el mundo a mi alrededor era mayor. Tenían el gesto cansado, y la mirada apagada. Estaban pálidos, delgados y callados. Muy callados. En este momento fue cuando me entró el miedo. Yo no quería ser una sombra de lo que era en ese momento, yo no quería apagarme. Yo no quería engordar, no quería meterme en la cama una semana entera, no quería llorar, no quería sufrir.... Y como no quería, no lo hice.

Esperé paciente las famosas náuseas de las que todo el mundo habla. No vinieron. Noté el estomago revuelto, pero para mi que eran los nervios que veían acercarse al veneno.
El doctor me recetó unas pastillas para evitar los vómitos. ¿Más mierda? Pensé. Y las fui almacenando. Cada sesión me daban 3.
Llevo 9 almacenadas. Nueve de 36..

martes, 21 de enero de 2014

Como explicarte que me dejaste como la leonera de Pompeya.

Live, love, laugh.

A veces tengo que sentarme en una silla y cerrar los ojos porque el mundo a mi alrededor da vueltas. Porque la vida no para y sin embargo siento la necesidad de hacer un stop, de pararme a mirar todo lo que he pasado y todo lo he dejado atrás. Tengo que asimilar los cambios del último año. Mi enfermedad. Mi soledad y mi decepción con la humanidad. Y tengo que hacerlo, porque hay veces que no comprendo porque estoy dónde estoy y cómo estoy. No me siento yo. Algo me falta. 
Necesito entender que he tenido que perder para ganar. Que he tenido que renunciar a ciertas cosas para ganar otras. Renuncié a lo que era para poder tener un seré, para seguir viviendo. Y me ha compensado, claro, pero voy más despacio de lo que me había imaginado.  

'Seis meses y se acaba todo.'

Tras un golpe brusco y seco las cartas están encima de la mesa. Lo que hay es lo que ves. Por primera vez en mi vida no tengo otra opción, al menos real, dejarse morir, ni en este ni en ese momento fue una opción.

La doctora, acostumbrada a moverse entre hileras de vidas colgantes, ni se inmuta al decir su discurso.
En ese momento pienso en todas las veces que habrá dicho esas mismas palabras. En toda la gente que pasó antes por esa silla...

Me cuesta recordar el momento en el que me dijeron que tenía cáncer. Creo que había tantas emociones distintas en el ambiente que la noticia se entremezcló con ellas y escapó por la puerta en cuanto pudo; sin embargo recuerdo perfectamente que la doctora me dijo que me iba a curar.
Después de eso pasó a enumerar todos los efectos secundarios de la quimioterapia, impasible, como quien te vende un abrigo para el invierno.
En mi mente el cáncer pasó a ser un mero espectador de la devastación que produciría la quimioterapia. Iban a curarme de una cosa a costa de muchas otras; sin embargo no paraban de repetirme las mismas palabras. Como loros.

Y me engañaron.

Seis meses y te olvidas.
Seis meses y como nueva.
Seis meses y esto será solo un mal recuerdo.
Seis meses y estarás como si nada.
Seis meses y te reirás de todo eso.
Seis meses y volverás a tu vida diaria.
Seis meses y se acaba todo María.
Seis meses.
Seis meses.
Seis meses.
Seis meses.

Como si seis meses no fueran nada a los dieciocho años.
Como si fuera abrir y cerrar los ojos un par de veces...
Como si no fuera a perder.
Como si aquello solo fueran "días".

Todo suicida tiene su noche de éxito.

Mayo. Calor. Amor. Tú.
El calor me trae un aire parecido al de Mayo, me recuerda a tu olor. Me recuerda a todas las veces que te he abrazado y me he perdido en ti.
Por fin empieza el frío. Por fin ha llovido, y la lluvia ha limpiado parte de mí.
Ya no sudo, ya no parece que todo está vivo. Septiembre se solidariza conmigo y me limpia, se lleva tu olor y me trae nubes para que no pueda ver el cielo.
Por fin puedo esconderme en mi bufanda y hacerme una bolita bajo la manta buscando calor. MI calor.
Ya no necesito tu sudadera, no necesito estar en tus brazos para buscar la temperatura perfecta. Aprenderé a sobrevivir yo sola.
Aprenderé a caminar con mis pies sin que me importe si hay nubes o no, pero aprovecharé cada vez que llueva para llorar, así nadie lo notará y podrá parecer que soy fuerte. Así nadie volverá a entrar en este corazón.
Llega el frío, y aquí me tiene. Lo espero para que me haga una capa de hielo en el corazón. Así primero tendrán que hacerme entrar en calor, y ya no me fío. Ya no me fío de nada que huela a ti.
El frío me servirá de tirita y me curará, ya lo verás. No volverás a verme triste. No volverás a verme sentir nada. Porque los corazones helados no laten. Porque la sangre helada no corre. Porque empiezo a necesitar tu calor.
¡Hiélame, rápido! No quiero volver a caer. Mátame lentamente, pero que no lo haga el amor.
No pienso morir por amor, no quiero volver a ser una suicida.
De todas formas, a todo suicida le llega su noche de éxito.

La cuenta atras del corazón

Me despierto un día más con tu suave recuerdo, he vuelto a soñarte.
Llevo más de cien días soñando contigo, vuelves a ser mi pesadilla más difícil, el veneno que me gusta, una calada de mi droga favorita, tú.
Llevo más de cien noches olvidándote, pero sólo unos días. Igual que estuve quinientos amándote.
Llevo noventa noches pensando en ti.
Llevo ochenta noches buscándote en mis sábanas.
Llevo setenta días con la esperanza de que volverás.
Llevo sesenta días con el corazón en reparación.
Llevo cincuenta días maldiciendo.
Cuarenta con pesadillas.
Treinta durmiendo a base de vicios.
Veinte en los que me duermo sin querer.
Diez en los que me despierto en tu horario.
Cero descansando.

lunes, 20 de enero de 2014

No volveré a caer. Fuiste el héroe que me salvó una y otra vez, pero no voy a agradecértelo. 
Voy a hacerme fuerte, ahora. No te necesito. Me restas, me haces pequeña, me dueles. Se acabó, superhéroe, vete a ayudar a otra, yo me voy a esperara que   alguien me quiera y se sacie. 
Aquí re dejo, flotando en el aire con tus ridículos superpoderes y buscando una princesita a la que se le caigan las bragas contigo. 

No soy la princesa a la que salvas, soy la kriptonita de la que debes salvarte. 

Quiéreme por lo que soy


Quiéreme por ser...

...la que ríe como una loca

...la que fuma

...la que necesita que la necesiten

...la que se siente sola

...la que llora a escondidas

...la que se agarra a lo que sea para no derrumbarse

...la que se derrumba

...la de la última fila

...la que se esconde detrás del flequillo

...la que no tiene fuerzas ni para respirar

...la que fue bulímica

...la que se corta

...la que baila

...la que pega

...la que dibuja en los apuntes

...la que habla sin parar

...la que ama hasta quedarse sin fuerzas

...la que se desahoga aquí

...la que esta hecha mierda

...a la que le ponen la quimio

...la que esta pagando los errores del pasado

...la María

...la Rodri

...la Mai

...la de Cai

...la Granaina

...la del acento granaino y gaditano

...la que te quiere

...la que puede dar la vida por ti

...la que te alegra la vista

Quiéreme por esto y por lo que te pueda querer.

Tu eras coca cola, yo el whisky barato.

Soñamos con viajar por toda Europa, con quitarnos la ropa en un hotel de París, nos perdió la boca, nunca supe cómo decirte que te necesitaba, y que necesitaba que me necesitases, y ahora que te estoy viendo no digas nada, no quiero que me veas romperme, no ahora, no esta noche, no aquí, no quiero, por favor, sonó un extraño "crac" dentro de mi, como a cristales rotos cuando nos dejamos, y no volví  a sonreír como antes, recuerdo que cuando me decías adiós, sonaba como un disparo, lo que quiero es abrazarnos, comernos a besos, y volvernos locos de tanto querernos, solía mirarte como un ciego miraría el mundo por primera vez, pero míranos, estamos tan rotos que cortamos cuando nos tocan, normalmente no solía perder los papeles tan a menudo, es algo que me pasó cuando te conocí, tenías café en la mirada, eso explica el por qué me quitabas el sueño,pero en mi, solo quedan ojos rojos, lágrimas recorriendo mis mejillas, nudillos dando contra la pared, y el corazón roto, a veces pienso que cuando estoy mal vas a venir y a darme unos de esos abrazos que solías darme y decirme : "Tranquila, pequeña, yo estoy contigo", yo solo quería quererte y que me quisieras, y mira como hemos acabo, yo en un cementerio arrepintiéndome de todo lo que me quedó sin decirte, y ahora que me he quedado sola veo que te debo tanto, el dolor, la pérdida, el sentimiento de vacío, de culpa, el echarte tanto en falta, que duele, son sentimientos que conozco demasiado bien, y si me preguntan diré que jamás he vuelto a ser igual de feliz que cuando íbamos de la mano, ¿Sabes lo que era para mi verte? Verte era para mi como un fin de semana después de haber tenido una semana de cinco días desastrosos, y malditos recuerdos, que malas pasadas juegan, ahora la noche se ha vestido de promesas que se hicieron sin querer, dijiste que te quedarías conmigo pasase lo que pasase, pero no le pudimos al destino, era fácil, yo te quería, tú me querías, que ganas tengo de que de repente aparezca una conversación que diga " tus ojos siguen siendo color miel, ábreme la puerta para que veas que sigo aquí", ojalá supieras todo lo que te necesito, solías decirme " sin un poco de locura no hay felicidad", no hay felicidad que valga sin tí, tu eras coca cola, yo el whisky barato, mi mezcla  preferida pa' ahuyentar el llanto, me quedé tan sola que empezé a fumar, lo típico vamos, yo nunca había tenido un cigarrillo entre los labios, asique me ahogué con el humo, pero ni con eso me calmo, y la verdad, parece que me estoy hundiendo como el Titanic.

Del noveno cielo al infierno de cabeza.

 No soy un puto héroe. No soy una guerrera. No podría enfrentarme a dragones por ti, pero le puedo partir la cara a quien te haga daño.
Ésta soy yo, hecha una bolita en la cama. Llorando desde que te has ido. No he salido, no he reído, no he vivido. Y no me encuentro mejor.
Te sigo imaginando a mi lado a cada segundo, sigo mirando las fotos, escuchando las canciones, durmiendo abrazando a la almohada y esperando a que vuelvas a despertarme por la mañana rodeándome la mandíbula de besos.  Y no llegarás. Nunca.
Duele, duele, duele. Duele haber confiado tanto en ti para nada. Duele haberte abierto mi corazón de esa forma para que tú entrases y terminases de romperlo.
¡FELICIDADES! Has hecho justo lo que me prometiste no hacer. ¿Cómo te sientes, campeón? Espero que bien.
Espero que los fantasmas del pasado no te persigan mientras terminan de desintegrarme.Tú has conseguido esto. Tú con tus mentiras.
¿Tienes idea de lo que me ayudaste? Me diste la confianza que necesitaba para salir de todo. Me diste la mano y todo fue posible durante un momento. Esto ha sido como si me hubieses agarrado cuando estaba a punto de caerme de un precipicio y me hubieses ayudado a subir poco a poco, pero en el momento en el que estaba a punto de subir, me hubieses soltado. Ahora caigo. Caigo. Caigo. ESTOY CAYENDO, ¿ES QUE NO TE DAS CUENTA? TÚ, QUE TAN BIEN ME CONOCES.
TÚ, QUE HAS SABIDO CALMAR MIS ATAQUES, QUE ME HAS ABRAZADO CUANDO HE ESTADO A PUNTO DE REVENTAR ALGO Y HAS HECHO QUE VOLVIESE EN MÍ. TÚ. TÚ HACES QUE VUELVA A CAER.
Y caigo con el sabor dulce del calor de tu cuerpo, con la imagen de la salida grabada en mi cuerpo. Caigo mezclando los recuerdos con lágrimas amargas que hacen que quiera caer más rápido.
Joder, cómo me gustaría estar cayendo contigo. Me gustaría caer mientras me abrazas, porque por lo menos tendría la esperanza de que a escasos centímetros del suelo volveríamos a volar, hacia arriba. Y arriba. Y arriba, hasta el cielo. Lo atravesaríamos, seguiríamos subiendo, llegaríamos al noveno cielo, el cielo que nosotros creamos con tanto esfuerzo. Y desde ahí arriba nos reiríamos de cada uno de los segundos en los que parecía que nos íbamos a estrellar.
Pero no. Caigo sola. Caigo con la esperanza de reventar contra el suelo y que se acabe pronto. Así podré relajar mi daño sentimental, con daño físico. Ya sabes a lo que me refiero.
Adiós, mi amor.

Piérdete, pero que sea en mi cama.

Solo puedo decirte, que de siete días que tiene la semana, yo te quiero ocho, que si quieres llorar , yo seré tu hombro, si quieres reír, yo seré tu sonrisa, si quieres volar, yo seré tu cielo, si quieres escalar, seré tu escalera, si quieres correr, yo seré tu carretera, seré todo lo que tu quieras que sea, dormir contigo, todas las noches, eso quiero, y verte a ti al otro lado de la cama nada mas despertarme, que me vengan mil y un ciento de preguntas y que las respondas con solo un abrazo, y créeme cuando digo que pienso en ti más de lo que debo, eres esa bala perdida hecha a mi medida, y piérdete, pero que sea en mi cama, abrazarnos, volvernos locos de tanto querernos, hoy por hoy, solo puedo decirte, que te quiero.