martes, 28 de enero de 2014
Hasta siempre, pequeño.
Decisiones, decisiones..
Pensé que se fueron, que no volverían, pero todo es mentira. Las dudas nunca se van, solo se esconden para que no podamos verlas por un tiempo. Las decisiones avanzan, cada día tomas una diferente, lo que no imaginas es que cualquiera de ellas te puede cambiar la vida... Supongo que a veces escogemos el camino adecuado, otras no. Pero hasta que no lo vivimos, es imposible saber lo que va a pasar, si estaremos haciéndolo bien o mal, si todo por lo que pasaremos servirá de algo. Ahora me doy cuenta de que muchas de estas decisiones son equivocadas, porque miran hacia delante y ni si quiera sabemos si habrá un mañana... El problema es que éstas cosas se suelen entender tarde, cuando ya no hay vuelta atrás, y si la hay, sigues pensando que es mejor no darla, mejor tragar lo que nos queda, ya vendrán tiempos mejores...
Hoy soy fan de ti
Ojos que estando alegres solo quieren llorar.
Esos ojos, que son mis ojos, siempre habían buscado ver más allá; pero esa noche se quedaron estancados en uno de los charcos que la luna derramó en nuestro portal.
Él no habló. Se limitó a tararear una canción que nunca había escuchado, una canción escrita para cavar en pechos ajenos, para liberar almas, para estallar corazones... Porque eso es lo que creía que pasaría a continuación: que me estallaría el corazón, en mil pedazos, lloraría por cada poro de mi piel mientras la lluvia humedecía los rastrojos de mi cuerpo para evitar un incendio.
Pero no hizo falta. Me prendieron sus manos y no me tocaron. El fuego se abrió paso y estalló en la boca, dejandola seca, sedienta de sed, de besos, de anhelos. De todo lo que un día creyó que conseguiría, dejando se buscar, solo soñando...
Poco a poco todo volvió a la normalidad. Las llagas del cuerpo recuperaron el compás de la circulación y se dejaron ser, sobre la piel, rosaceas, inborrables, temiendo ser olvidadas... curadas. Pero eso no era posible, y yo lo sabía cada vez que me miraba en el espejo con los ojos que estando alegres, solo querían llorar. Nadie sería capaz de curarme las heridas porque yo no las dejaba de tocar. Eran tan bellas, que supongo que yo tampoco quería desprenderme de ellas. Eran historia, eran restos de las mil y una batallas de mi mente y de mi alma. ¿Quién era yo para privar al mundo de tan maravillosa estampa?, ¿quién era yo para salvarme?... Nadie... Mantequilla.
lunes, 27 de enero de 2014
Vuelve.
Te echo de menos.
Me preguntan por ti y se me escapa un 'NOSOTROS'.
Que YO no tiene sentido sin antes no va un TU. Que la salsa rosa no me pega con las gambas, que el algodón de azúcar no me pega con la feria, que el blanco no le va al negro, que el yin y el yang es basura, que solo me pega su recuerdo. En la cara, en los brazos, en todos lados...
Cuando de un 'nosotros' ya no quedan ni mis ganas.
Y de todo eso aprendí que no se puede querer tan fuerte, no se puede quemar tanta vida del tirón porque luego los días normales te parecen poco, se te hacen largos o se te hacen cortos pero los sientes inútiles. Pierdes el sentido por todo, nada te llama la atención y cada detalle insignificante que te encuentras a lo largo de la semana puede hacerte recordar aquel incendio de amor con la fuerza de cien mil cañones.
No es práctico que las relaciones que se acaban no puedan cerrarse en cajas, guardando ahí tanto el amor como el dolor. Guardar los recuerdos para que no les busques por la noche, para no atraer el insomnio a los pies de la cama. Guardar los días felices para no compararlos con tus días de mierda...Borrón y cuenta nueva. Amnesia. Que se te olviden los lugares que mirásteis a la vez, las fechas, las películas que visteis juntos, las canciones que os dedicásteis. Los viajes, las noches compartiendo almohada, las confidencias, los te quieros que nunca escucharon respuesta. Guardarlo todo para que no estorbe. Borrarlo todo para que no duela,
Como una copa de tequila del malo.
A veces pienso que los finales serían más fáciles si lo supiéramos de antemano. Como cuando te cuentan una película, o el argumento de un libro... el sock no es tan tremendo. Ni tan duro. Y el duelo no dura tanto. Claro, que, por ejemplo, si yo hubiese sabido dónde estaba nuestro final habría hecho desaparecer todos los calendarios de este mundo para que ese día nunca llegara. Habría retrocedido cada domingo al anterior domingo para alargar nuestras semanas, nuestros meses, nuestros años... Se que suena a locura y que soy solo yo la que hubiera pedido más horas contigo, pero cuando conoces el amor tan de cerca luego es imposible volverlo a encontrar en otra piel.
Encontraré reemplazo, porque el ser humano es así, necesita llenar los huecos que se van quedando vacíos; pero yo se que siempre le voy a dejar espacio a tu nombre, por lo que hemos sido y por lo que he aprendido.
La vida pasa y tu igual
Pido llorando al cielo un poco de razón, pido que vuelvas con mi corazón (¡que ya está bien!) y entiende si te ofendo que no es mi intención... Joder, si es que lo que duele no es que te hayas ido, más que no tenerte me duele tu olvido, porque... que sepas que
Que llegue como llegó
Tu eras la luz que iluminaba el fondo del camino, te pierdo y no encuentro salida de este pozo sin fondo, me ahogo si tu no me salvas... No consigo recordar mi vida sin ti a mi lado, si es que no quiero olvidar lo que hemos pasado, quiero que nunca se enfríe este amor que me quema los dedos, que me hace ante ti vulnerable, y todo deja de ser importante.
Solo importaba mi cama y nosotros queriéndonos dentro, me dormía mirando tu cara y tocando tu pelo, pensando que a veces la vida supera a los sueños, y cierro los ojos, lo intento, pero ya no lo creo.
domingo, 26 de enero de 2014
Nada es igual.
sábado, 25 de enero de 2014
Devuélveme la inspiración.
jueves, 23 de enero de 2014
Día 1.
No te empeñes, él aún está dentro.
Curarme a base de Ginebra
Ya estoy harta de echar de menos. De desgarrarme el pecho día y noche, de saltarme su inicial en la guía telefónica, de taparme las costillas izquierdas para ocultarme esa inicial. Mi autodestrucción. Estoy harta de bucear en el pasado, quizá fue mala idea no hacerlo en alcohol... pero si yo tengo que 'curarme de él' a base de cubatas, estoy segura de que antes de sanar moriría de un puto coma etílico. ¡Ni todas las botellas de ginebra del mundo pueden lavarme la herida que llevo por dentro!. Que hace ya casi un año que lo conozco y aún no he dejado que nadie me cosa a besos... Todo me duele a veces. Todo. Hasta lo bueno me está haciendo una úlcera en una esquina del corazón. Y por cierto, el muy cabrón sigue latiendo. ¿Es que no se ha dado cuenta de que no me quedan ganas de escucharle latir... sin ti?.
Me siento Gilipollas, como nombre propio, cuando se me escapa una frase directamente para él. No se con que derecho mi mente, el destino, o la vida se permiten el lujo de dejarme pensar en él ni siquiera por un segundo. ¡Que duele!... mucho. Muy dentro. Es como una canción sonando en un disco rayado. Y no lo puedo parar. Y quiero que se acabe esta puta canción. QUIERO QUE ACABE TU TIEMPO EN MI CORAZÓN, JODER. Otra vez usando la segunda persona del singular. Maria, ¡que no existe!.
Silencio.
Pum-pum
pum-pum
pum-pum
pum-pum
De pronto un recuerdo y todo se acelera. Va tan rápido que puedo sentir como se contrae, me duele hasta la piel, como si una mano me atravesara el pecho y hurgara por dentro. Y lo tocase todo.
Se acabó. Se acabó este sin vivir. Voy a darle una oportunidad a la vida, voy a sonreírla y a esperar que me sonría. Pero a él ya no le espero. Ya no. Y espero con esto haber aprendido la lección. ''No esperes demasiado ni quieras mucho, porque ese mucho termina doliendo demasiado.''
No supe quererte a medias
No me gustan las medias tintas. Si lo puedo dar todo por ti... ¿Por qué conformarme con darte media sonrisa?, ¿para qué darte unas horas de mi tiempo si puedo darte toda mi vida?. Así funciono, y es algo que tengo que cambiar. Por fin he aprendido la lección. Por fin comprendo que no puedes dar todo por una sola persona porque cuando esta se vaya tú te habrás quedado sin nada. Y no se trata de egoísmo, se trata de aprender a querer mientras a la vez te quieres tú. Es un fifty-fifty. No hablo de querer a medio gas, hablo de querer de forma sana. De quererte a ti. De quererle a él. De querer un nosotros, pero de amar un YO. Un YO sin un TU.
Se puede ser feliz estando solo; el problema llega cuando te das cuenta de que la felicidad no existe si no la compartes. Y ahí vuelve a empezar todo.
Cada uno que se mate como quiera.
E.
Hola, te acuerdas de mi? Soy yo, Maria, tu angelito, tu niña bonita, la gitana mas chunga de todos los poblaos, la niña buena que te ayudaba a estudiar.. Esa a la que mirabas con ojos de amor y le dabas abrazos de oso.. Aun no?
Soy esa que te dejo una noche por ese chico moreno de ojos verdes, guapo y que juega en el Granada, que ahora pasa de ella y la usa como un juguete. Esa que te hizo llorar, la que te saco de ese tunel y a los pocos dias te volvio a hundir en él. Ya si te acuerdas, verdad?
Pues me pasaba para decirte que yo si te recuerdo, y cada dia que pasa me duele mas haberte hecho tantisimo daño, a ti, a ese que fue capaz de dejar el tabaco por mi, el que partia bocas solo para ver la mia sonreir.
Solo decirte que te quiero y espero que un dia puedas perdonarme.
Adiós, cariño.
M&E
miércoles, 22 de enero de 2014
Nueve de treinta y seis.
Mi primera sesión de quimio.
No tenía miedo. Ni dolor. Ni ganas, las cosas como son.
Todo el mundo a mi alrededor era mayor. Tenían el gesto cansado, y la mirada apagada. Estaban pálidos, delgados y callados. Muy callados. En este momento fue cuando me entró el miedo. Yo no quería ser una sombra de lo que era en ese momento, yo no quería apagarme. Yo no quería engordar, no quería meterme en la cama una semana entera, no quería llorar, no quería sufrir.... Y como no quería, no lo hice.
Esperé paciente las famosas náuseas de las que todo el mundo habla. No vinieron. Noté el estomago revuelto, pero para mi que eran los nervios que veían acercarse al veneno.
El doctor me recetó unas pastillas para evitar los vómitos. ¿Más mierda? Pensé. Y las fui almacenando. Cada sesión me daban 3.
Llevo 9 almacenadas. Nueve de 36..
martes, 21 de enero de 2014
Live, love, laugh.
'Seis meses y se acaba todo.'
Tras un golpe brusco y seco las cartas están encima de la mesa. Lo que hay es lo que ves. Por primera vez en mi vida no tengo otra opción, al menos real, dejarse morir, ni en este ni en ese momento fue una opción.
La doctora, acostumbrada a moverse entre hileras de vidas colgantes, ni se inmuta al decir su discurso.
En ese momento pienso en todas las veces que habrá dicho esas mismas palabras. En toda la gente que pasó antes por esa silla...
Me cuesta recordar el momento en el que me dijeron que tenía cáncer. Creo que había tantas emociones distintas en el ambiente que la noticia se entremezcló con ellas y escapó por la puerta en cuanto pudo; sin embargo recuerdo perfectamente que la doctora me dijo que me iba a curar.
Después de eso pasó a enumerar todos los efectos secundarios de la quimioterapia, impasible, como quien te vende un abrigo para el invierno.
En mi mente el cáncer pasó a ser un mero espectador de la devastación que produciría la quimioterapia. Iban a curarme de una cosa a costa de muchas otras; sin embargo no paraban de repetirme las mismas palabras. Como loros.
Y me engañaron.
Seis meses y te olvidas.
Seis meses y como nueva.
Seis meses y esto será solo un mal recuerdo.
Seis meses y estarás como si nada.
Seis meses y te reirás de todo eso.
Seis meses y volverás a tu vida diaria.
Seis meses y se acaba todo María.
Seis meses.
Seis meses.
Seis meses.
Seis meses.
Como si seis meses no fueran nada a los dieciocho años.
Como si fuera abrir y cerrar los ojos un par de veces...
Como si no fuera a perder.
Como si aquello solo fueran "días".
Todo suicida tiene su noche de éxito.
El calor me trae un aire parecido al de Mayo, me recuerda a tu olor. Me recuerda a todas las veces que te he abrazado y me he perdido en ti.
Por fin empieza el frío. Por fin ha llovido, y la lluvia ha limpiado parte de mí.
Ya no sudo, ya no parece que todo está vivo. Septiembre se solidariza conmigo y me limpia, se lleva tu olor y me trae nubes para que no pueda ver el cielo.
Por fin puedo esconderme en mi bufanda y hacerme una bolita bajo la manta buscando calor. MI calor.
Ya no necesito tu sudadera, no necesito estar en tus brazos para buscar la temperatura perfecta. Aprenderé a sobrevivir yo sola.
Aprenderé a caminar con mis pies sin que me importe si hay nubes o no, pero aprovecharé cada vez que llueva para llorar, así nadie lo notará y podrá parecer que soy fuerte. Así nadie volverá a entrar en este corazón.
Llega el frío, y aquí me tiene. Lo espero para que me haga una capa de hielo en el corazón. Así primero tendrán que hacerme entrar en calor, y ya no me fío. Ya no me fío de nada que huela a ti.
El frío me servirá de tirita y me curará, ya lo verás. No volverás a verme triste. No volverás a verme sentir nada. Porque los corazones helados no laten. Porque la sangre helada no corre. Porque empiezo a necesitar tu calor.
¡Hiélame, rápido! No quiero volver a caer. Mátame lentamente, pero que no lo haga el amor.
No pienso morir por amor, no quiero volver a ser una suicida.
De todas formas, a todo suicida le llega su noche de éxito.
La cuenta atras del corazón
Llevo más de cien días soñando contigo, vuelves a ser mi pesadilla más difícil, el veneno que me gusta, una calada de mi droga favorita, tú.
Llevo más de cien noches olvidándote, pero sólo unos días. Igual que estuve quinientos amándote.
Llevo noventa noches pensando en ti.
Llevo ochenta noches buscándote en mis sábanas.
Llevo setenta días con la esperanza de que volverás.
Llevo sesenta días con el corazón en reparación.
Llevo cincuenta días maldiciendo.
Cuarenta con pesadillas.
Treinta durmiendo a base de vicios.
Veinte en los que me duermo sin querer.
Diez en los que me despierto en tu horario.
Cero descansando.
lunes, 20 de enero de 2014
Quiéreme por lo que soy
...la que se derrumba
Tu eras coca cola, yo el whisky barato.
Del noveno cielo al infierno de cabeza.
Ésta soy yo, hecha una bolita en la cama. Llorando desde que te has ido. No he salido, no he reído, no he vivido. Y no me encuentro mejor.
Te sigo imaginando a mi lado a cada segundo, sigo mirando las fotos, escuchando las canciones, durmiendo abrazando a la almohada y esperando a que vuelvas a despertarme por la mañana rodeándome la mandíbula de besos. Y no llegarás. Nunca.
Duele, duele, duele. Duele haber confiado tanto en ti para nada. Duele haberte abierto mi corazón de esa forma para que tú entrases y terminases de romperlo.
¡FELICIDADES! Has hecho justo lo que me prometiste no hacer. ¿Cómo te sientes, campeón? Espero que bien.
Espero que los fantasmas del pasado no te persigan mientras terminan de desintegrarme.Tú has conseguido esto. Tú con tus mentiras.
¿Tienes idea de lo que me ayudaste? Me diste la confianza que necesitaba para salir de todo. Me diste la mano y todo fue posible durante un momento. Esto ha sido como si me hubieses agarrado cuando estaba a punto de caerme de un precipicio y me hubieses ayudado a subir poco a poco, pero en el momento en el que estaba a punto de subir, me hubieses soltado. Ahora caigo. Caigo. Caigo. ESTOY CAYENDO, ¿ES QUE NO TE DAS CUENTA? TÚ, QUE TAN BIEN ME CONOCES.
TÚ, QUE HAS SABIDO CALMAR MIS ATAQUES, QUE ME HAS ABRAZADO CUANDO HE ESTADO A PUNTO DE REVENTAR ALGO Y HAS HECHO QUE VOLVIESE EN MÍ. TÚ. TÚ HACES QUE VUELVA A CAER.
Y caigo con el sabor dulce del calor de tu cuerpo, con la imagen de la salida grabada en mi cuerpo. Caigo mezclando los recuerdos con lágrimas amargas que hacen que quiera caer más rápido.
Joder, cómo me gustaría estar cayendo contigo. Me gustaría caer mientras me abrazas, porque por lo menos tendría la esperanza de que a escasos centímetros del suelo volveríamos a volar, hacia arriba. Y arriba. Y arriba, hasta el cielo. Lo atravesaríamos, seguiríamos subiendo, llegaríamos al noveno cielo, el cielo que nosotros creamos con tanto esfuerzo. Y desde ahí arriba nos reiríamos de cada uno de los segundos en los que parecía que nos íbamos a estrellar.
Pero no. Caigo sola. Caigo con la esperanza de reventar contra el suelo y que se acabe pronto. Así podré relajar mi daño sentimental, con daño físico. Ya sabes a lo que me refiero.
Adiós, mi amor.


