Mi primera sesión de quimio.
No tenía miedo. Ni dolor. Ni ganas, las cosas como son.
Todo el mundo a mi alrededor era mayor. Tenían el gesto cansado, y la mirada apagada. Estaban pálidos, delgados y callados. Muy callados. En este momento fue cuando me entró el miedo. Yo no quería ser una sombra de lo que era en ese momento, yo no quería apagarme. Yo no quería engordar, no quería meterme en la cama una semana entera, no quería llorar, no quería sufrir.... Y como no quería, no lo hice.
Esperé paciente las famosas náuseas de las que todo el mundo habla. No vinieron. Noté el estomago revuelto, pero para mi que eran los nervios que veían acercarse al veneno.
El doctor me recetó unas pastillas para evitar los vómitos. ¿Más mierda? Pensé. Y las fui almacenando. Cada sesión me daban 3.
Llevo 9 almacenadas. Nueve de 36..
No hay comentarios:
Publicar un comentario